Trata de personas: la lucha diaria contra la desaparición de menores en La Quiaca

Las dos mujeres se ataron al mástil de la plaza. Están en huelga de hambre para reclamar por sus hijas, que desaparecieron hace más de dos meses. Son más de 60 los menores buscados en La Quiaca.


La ciudad jujeña es un punto clave de la Argentina, ya que limita con la ciudad boliviana de Villazón y es una de las entradas al país vecino. Según un informe de la Organización internacional de Migraciones (OIM), en Bolivia desaparece una persona cada dos días. La Paz y Cochabamba son las más afectadas. Desde allí proviene la mayor parte del transporte terrestre que llega a la Argentina.



Antonela Ramos y Gloria Mendoza, de 14 y 16 años, salieron camino a la escuela para festejar el día de la primavera y jamás volvieron. María, hermana de Gloria, cuenta que un hombre, con "cara de narcotraficante, le había ofrecido trabajo en Buenos Aires".

Unos días después de su desaparición, la niña llamó a su madre y sólo alcanzó a decirle: "Ma, estoy con una compañera". Luego, la comunicación se cortó. Su madre se preocupó porque tenía que probarse el vestido para su fiesta de quince años; pasaron los días y el temor fue otro.

Antonela también llamó por teléfono, a la casa de su abuela, le dijo que estaba con una amiga y cortó. "No pudieron identificar el origen de esas llamadas", cuenta Karina, su madre, quien no puede sostener ni un segundo su relato sin quebrar en llanto. Pero toma fuerza y advierte: "Estamos en una zona de frontera, estas cosas pueden sucederle a cualquiera, el pueblo tiene que salir a manifestarse".


El de las jóvenes no es un caso aislado, ya que esta forma de esclavitud moderna mueve 6.600 millones de dólares al año en América Latina, según un informe de la OEA. Se trata de una actividad criminal organizada que consiguió radicarse en el norte de la Argentina.

LA NACIÓN contó 76 anuncios en el Puente Internacional que divide Jujuy con Bolivia, que piden por la aparición de personas. En todos los casos el mensaje es el mismo: "desapareció tal día, fue vista por última vez a la salida de la escuela o en su trayecto a la casa de un familiar". Los casos de cooptación ocurren durante el día y preferentemente por la mañana, cuentan los familiares de víctimas.

La hermana de Gloria, está "segura" de que su hermana es víctima de una "red de trata" de menores. "Estos malditos se aprovechan de la gente más humilde, como Rocío -otra víctima-, que es una chica muy pobre y tiene a su mamá discapacitada. Estos bastardos se aprovecharon y cuando tenía 15 años -hace dos años atrás- y se la llevaron engañada, gracias a Dios la salvaron y hoy nos cuenta las pesadillas que vivió", relata.


Las personas cooptadas y traficadas no atraviesan la frontera ni el paso legal, lo hacen por otros puntos de una geografía altísima. La media supera los 4000 metros sobre el nivel del mar en los diferentes pasos naturales, que se extienden desde pasando Santa Victoria, Salta, hasta el Cerro Zapaleri, límite de nuestro país con Bolivia y Chile. Los captores, que suelen presentarse como empleadores, pasan por un lugar sin caminos, muy alto y frío durante la noche.

Los traficantes de personas son veteranos de un territorio de casi imposible acceso, donde la tierra se parte y los vehículos deben saltar en una superficie montañosa y desplazarse entre abismos.



El noble trabajo del consulado de Reina Sotillo

La desaparición de personas cooptadas en la Quiaca y en Potosí tomó estado público cuando se descubrió el primer caso, en septiembre de 2007, denunciado por la Cónsul General de Argentina, Reina Sotillo, quien adoptó desde entonces un rol activo en la recuperación de víctimas.

La jefa migratoria, de una extensa y prestigiosa carrera diplomática, logró poner entre rejas a una mujer argentino-boliviana, que había transitado muchas veces por diversas fronteras. "Las víctimas tenían 14 años y no 21, como expresaban sus documentos e iban a ser confinadas indudablemente a esclavismo", según relataron fuentes del lugar a LA NACION.

Desde esa fecha, el Consulado argentino en Potosí intervino en la cuestión y comenzó una verdadera cruzada comprometida con los derechos humanos para combatir la trata de personas. Aunque se nieguen a dar números oficiales, LA NACION pudo contar la recuperación de más de 1500 menores argentinos y bolivianos secuestrados, de los cuales 500 no tenían más de cinco años. En 2012, la recuperación y restitución "no bajó de 3 personas cada 2 semanas, aproximadamente, a veces más", contaron fuentes.

El trabajo de quienes luchan contra el negocio de la trata se hace difícil, porque las distintas fuerzas de seguridad no pueden custodiar 435 kilómetros de frontera, a una altitud inimaginable, en plena cordillera, con recodos, ríos, montañas en perpendicular y caminos, que sólo los veteranos locales conocen.

El periódico Eju, uno de los más difundidos de Bolivia, publicó el 2 de julio último, que se reportaron por lo menos 1298 casos entre enero y mayo de este año en el país vecino, según informa la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (FELCC). Sólo 458 fueron recuperadas o lograron retornar a sus hogares.

Un caso parecido, un año atrás

Los primeros días de agosto de 2011, una joven (cuya identidad fue reservada) estaba en una parroquia, salió y desapareció; nadie la vio partir. Buena alumna, colmada de amigas y amigos de su edad, el amor de una familia. Parece que la chica es muy bonita, ya que fue elegida "ñusta" -princesa, en quechua- de las actividades locales de su área, del sur de Potosí; es argentina, de familia argentina, que viven en la frontera argentino - boliviana.

Al poco tiempo de haber desaparecido, fuentes de inteligencia la habían ubicado en un burdel de Villazón y la Policía Nacional de Bolivia realizó un allanamiento, pero sorpresivamente no se emitió ningún comunicado al respecto.

Después de varios días, la joven quiaqueña ya había sido trasladada a otro punto de Bolivia, por una supuesta red que "opera trayendo jóvenes bolivianas a la Argentina y a ciudades como San Salvador de Jujuy, Salta y Tucumán, además de trasladar niñas y jóvenes argentinas hacia Bolivia", según publicó El Tribuno de Jujuy.

El caso llegó al consulado argentino de Potosí. La doctora Reina Sotillo logró comunicarse con la niña a través de Facebook y la encontró uniendo pistas casi invisibles, gracias a un trabajo que se extendió durante varias semanas.

Luego de 23 días, una madrugada, los captores se dieron por vencidos y fue arrojada desde un vehículo. Durante su búsqueda, según publicó en su momento el Observatorio de Trata de Personas boliviano, pudieron detectarse numerosas menores de edad trabajando en prostíbulos de Bolivia. Hoy la niña se encuentra junto a su familia y retomó sus actividades, pero aún perdura el daño emocional y espiritual.

"Se notaba que la menor había sufrido físico y emocionalmente, fue obligada a prostituirse bajo el efecto de drogas en un cabaret de Sucre (Bolivia), y cuando se la recuperó tuvieron que llevarla a un centro de salud especializado de Argentina", publicó dicho Observatorio.

LA NACION se comunicó con la cónsul Reina Sotillo, quien se limitó a "agradecer a la Embajada, los gobiernos argentino y boliviano, como así también a las fuerzas de seguridad y justicia de ambos países", sin querer brindar más detalles del tema.

Sotillo afirmó que el Consulado, junto a los departamentos de migraciones, la Gendarmería y las policías de la Argentina y Bolivia, trabajan "arduamente" en el caso de Gloria y Antonela, "así como en los de todas las familias que buscan a sus seres queridos".

La legislación argentina, cajoneada

En la última semana se recuperaron tres víctimas de trata en la frontera jujeña con Bolivia, según confiaron fuentes policiales. Mientras tanto, Antonela y Gloria siguen sin aparecer. Lamentablemente, mañana viernes podría perder estado parlamentario la reforma de la Ley contra la trata de personas, que tiene media sanción en el Senado desde agosto de 2011.

Si antes no se le da la media sanción en Diputados, el proyecto de reforma de la Ley volvería a cero, algo que es bastante probable ya que hoy jueves ni siquiera tiene dictamen de comisión.

La iniciativa había surgido de distintas organizaciones vinculadas al tema. Cuando se debatió en la Cámara baja, se reconoció que la actual Ley es un "fracaso", como denuncia Gustavo Vera, presidente de la ONG "La Alameda", porque exige a la víctima que demuestre que no hubo "consentimiento" para ser explotada. Además, "no cuenta con un protocolo de asistencia integral adecuado, y establece penas ridículas: de 3 a 6 años, por lo establecido en el artículo 145 de dicha Ley (N° 26.364)", denuncia Mario Ganora, abogado de dicha organización.

Por estos motivos, legisladores presentaron un proyecto de reforma de la Ley que tuvo media sanción el año pasado. La nueva legislación eliminaba la cláusula de consentimiento y agravaba las penas, pero si no es tratado este año, perderá estado parlamentario.

La Nación
Trata de personas: la lucha diaria contra la desaparición de menores en La Quiaca Trata de personas: la lucha diaria contra la desaparición de menores en La Quiaca Reviewed by Cheiru News on jueves, noviembre 29, 2012 Rating: 5

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