Alegría y diversión en el mini carnaval quiaqueño

Esplendor, alegría, diversión y mucho colorido tuvo una nueva edición del mini carnaval en la fronteriza ciudad de La Quiaca.

Es la noche mágica organizada por la comparsa del club Social, que superó todas las expectativas porque la participación duplicó al del año anterior, no solamente de niños, jóvenes y adultos en cada agrupación, también el público acompañó hasta la madrugada.

Se trata de la actividad más relevante que tiene la ciudad durante este mes.
Declarada de interés cultural por el municipio en los años noventa y cuyo nacimiento data desde hace 27 años atrás.

La actividad sigue creciendo a tal punto, que la avenida Sarmiento se transformó en un improvisado corsódromo por tan sólo una noche.

El habitante local apoya la iniciativa y también los turistas disfrutaron de un espectáculo único en la provincia. Esa es la esencia del "carnaval chico" que todos participen y disfruten a pleno de la propuesta festiva y familiar.

Todo dio inicio casi a la medianoche, sucede cada agrupación preparó todos los detalles para su paso, con tan sólo minutos que el espectador puede apreciarlos.

En ese ínterin, los participantes deben mostrar coreografía, vestimenta y algo de humor, cuestión para que los integrantes del jurado puedan darles un buen puntaje.

Las personas encargadas de calificar el paso de todos los grupos son visitantes, que asombrados observaron como transcurría la templada noche quiaqueña.

La música ensordecedora de las bandas fue llevada por la brisa a todos los rincones puneños, con ese condimento especial porque es imposible no contagiarse de tanta algarabía.

Cada nuevo encuentro implica ingenio para todos los participantes, ya que todos buscan mostrar algo distinto a las anteriores ediciones.

Por ejemplo, la barra "Anticuchos" contrató un grupo cumbiero para su baile por el palco.
Al ritmo del compás jujeño danzaron todos hasta el cansancio.

Los integrantes de "Chupandeiros", para no quedarse atrás, en el acoplado de un camión contaban con un conocido grupo tropical del medio, haciendo delirar a los espectadores que cantaban las canciones.

Para que el lector, tenga noción de la actividad festiva en la ciudad fronteriza, los premios consisten en reconocimientos por la participación.

No hay dinero en efectivo, ni trofeos, pero aún así la fiesta sigue su crecimiento en pleno auge.
El trabajo previo es admirable con ensayos que duran largas horas.

Los atuendos también llevan su tiempo de elaboración realizar, en síntesis, se trata de un trabajo admirable de quienes reviven el carnaval en una noche de enero.

Es, sin dudas, la fiesta popular del habitante norteño, que no tiene comparación.

La organización impecable a cargo de jóvenes del club Social, se constituye en un esfuerzo todo a pulmón. Ellos llevan adelante tamaño encuentro con marcado entusiasmo.

Por último, en el encuentro, se entregaron los reconocimientos. El primer premio de la categoría murga fue para “Los Pollos” y el segundo lugar para “Malavida”, en tanto que, en la categoría internacional, la agrupación “Gualichos” obtuvo el primer lugar, mientras que el segundo puesto fue para “Malatrasa”.

En la tercer categoría, de autóctonos, los ganadores fueron “Anticuchos” y el segundo puesto para “Los boys”.

Cuando finaliza el mini carnaval, la ciudad vuelve a su tranquilo letargo y rutina diaria, hasta que lleguen los grandes corsos carnestolendos del carnaval.
 Fuente: El Tribuno