Un gran interrogante llamado Ariel Llampa

El último fin de semana, pobladores de La Quiaca y Villazón (Bolivia) estuvieron reunidos en el paraje Agua Chica para celebrar las fiestas patronales del lugar. Para la mayoría asistir a ese sitio tiene un alto significado religioso, en cambio para la familia de Ariel Iván Llampa el 8 de diciembre es una fecha que no olvidarán.

Ese mismo día se cumplieron dos años desde que el joven quiaqueño, quien por entonces contaba con tan solo 17 años, fue visto por última vez, cuando precisamente con un grupo de amigos fue hasta ese paraje ubicado a 10 kilómetros de La Quiaca.

En total 730 días sin tener ni un solo rastro del adolescente, de igual manera sus padres continúan batallando lucha silenciosa contra la burocracia e indiferencia de la población fronteriza, buscando respuestas sobre el paradero de Ariel.

“Los amigos...”

Ceferino Llampa volvió a insistir que hay cómplices en torno al caso. "Son los mismos amigos con quien compartió toda una mañana hasta que después desapareció, si no es trata de personas fue asesinato, queremos respuestas", dijo a los medios.

Por otra parte convocó a una marcha el 16 del corriente. "Invito a todo el pueblo para que nos acompañe desde plaza Centenario a las 10, desde allí marcharemos recorriendo las instituciones que deben darnos una respuesta", sostuvo.

Por otra parte habló acerca del aumento de la recompensa por datos certeros sobre Ariel. "El Ministerio de Gobierno y Justicia aumento la suma a 150 mil pesos, si alguien sabe algo que se acerque a la Fiscalía, su identidad será preservada", señaló.

Los hechos

Los hechos se remontan a diciembre del 2011, cuando el joven junto a un grupo de compañeros pertenecientes a la Escuela de Comercio 1 se dirigieron hasta Agua Chica. Llampa fue visto alrededor del mediodía, cuando cayó la noche y no retornaba sus padres decidieron ir a buscarlo, al no encontrarlo optaron por radicar la denuncia en la Seccional 17º.

El oficial responsable de apellido Márquez se negó a redactar la declaración e incluso no quiso colaborar con el móvil policial para ir a buscar al muchacho nuevamente, eso transcurrió entre viernes y sábado. Recién el día domingo una comisión con efectivos fue hasta ese lugar, dijo el padre del joven. Mientras, la Policía Nacional de Bolivia no estuvo a la altura durante esas jornadas: le resto importancia al asunto porque se trataba de un ciudadano argentino.

Las investigaciones no arrojaron ningún resultado positivo en todo este tiempo, desde entonces un sin fin de marchas tuvieron lugar exigiendo se esclarezca el hecho, que hasta el momento es toda una incógnita, un misterio que envuelve a toda la comunidad quiaqueña.

El Tribuno