Explosión de color y de alegría en una nueva edición del Minicarnaval

La fiesta quiaqueña contó con una masiva concurrencia de turistas y lugareños que disfrutaron de una divertida noche.

El último viernes La Quiaca vibró al compás del Minicarnaval organizado por la comparsa del Club Social, el evento cada año cobra mayor trascendencia y magnitud y este año no fue la excepción. Toda la población fronteriza, desde Villazón (Bolivia) y especialmente turistas desde diferentes puntos del país estuvieron presentes para apreciar un espectáculo sin igual, el único que asombrosamente todavía no forma parte de la agenda cultural provincial, siendo la actividad cultural más relevante que tiene la región.

Debe destacarse que cada edición siempre se realiza a pulmón por los integrantes del Social, brindando un gran show sin fines de lucro del cual todos pueden ser partícipes.

La fría noche puneña no fue impedimento para los espectadores que desde la tarde se dieron cita degustando platos típicos del lugar además de presenciar las actuaciones de Soledad Mendoza y el grupo quiaqueño Mamapacha.

Luego siguió el pasaje de las diferentes agrupaciones en total fueron 20, con más de cien integrantes cada una con su propia banda de música, hacia varios kilómetros alrededor el “huayra” llevaba los acordes musicales señalando que la fiesta estaba instalada en el corazón de la ciudad.

Antes de concentrarse en la plaza Centenario cada agrupación se reúne en algún domicilio particular, allí los integrantes ultiman detalles de vestimenta y la coreografia, cuestión que no sea una imitación sino que tenga algo diferente así los espectadores pueden divertirse: varones disfrazados de mujeres y viceversa es una de las características del evento, después recorren las calles contagiando regocijo por doquier.

El Carnaval en una sola noche suena extraño, pero eso sintieron quienes se quedaron hasta la madrugada sin perderse un solo detalle del color, originalidad y la alegría demostrada anualmente por adultos, jóvenes y niños quienes desatan un entusiasmo admirable. Talco, mistura, serpentina son los condimentos carnestolendos que nunca pueden faltar, a esto debe sumarse la pirotecnia que con el pasaje de todas las comparsas iluminaron el cielo quiaqueño. Agrupaciones Internacionales, Autóctonas y Murgas danzaron diferentes ritmos haciendo que el frío quede de lado, muchos visitantes se sumaron bailando y tomándose fotografías para llevarse un grato recuerdo, todos los días no puede disfrutarse de un espectáculo con la cultura viva de todo un pueblo a 3.400 metros sobre el nivel del mar.

La jornada fue transcurriendo entre risas y aplausos, en los ítems para puntuar a las diferentes agrupaciones también se sumó reina y bandera, dándole mayor realce a la fiesta, cuando el reloj marcaba las 4, ya de madrugada recién la adrenalina comenzó apagarse, todos buscaron reencontrase en su local bailando en la intimidad satisfechos por un año más de haber sido partícipes del Minicarnaval que no sólo es del Club Social ahora pasó a ser de toda una población.

“Anticuchos” se llevó el primer puesto en Comparsas Internacionales bailaron la danza Waca Waca originaria del altiplano boliviano la cual es una parodia del toreo que realizan los españoles.

“Pinochos” fue el ganador en Autóctono interpretando el Pin Pin ritmo proveniente de la Yungas, mientras en Murga “Los Chavos” con trajes de mineros y un particular baile obtuvieron el merecido podio.