Religiosidad y tradición en el Día de los Fieles Difuntos

La festividad de Todos los Santos en una pausa agradable en el cotidiano, rutinario agitado y maltratado vivir de hombres y mujeres de la Puna y toda la provincia, porque la celebración les permite ir encontrándose imaginariamente con sus seres queridos o aquellos que en vida fueron buenos amigos.

Este particular modo de recordar a los santos y los difuntos se convierte en un paréntesis para el poblador de La Quiaca, porque después de la alegría que simboliza el reencuentro con la tradición y costumbre ancestral, tal es el caso de la Manka Fiesta, nuevamente el “primero” de noviembre los habitantes puneños vuelven a revalorizar otra practica que lleva centurias.


Fiel a las enseñanzas de sus ancestros para el día de Todos Santos, las almas de todos sus muertos comienzan a volver al mundo y llegan a sus hogares donde alguna vez supieron compartir algo en común. Por eso preparan las ofrendas, alimentos y bebidas para esperarlos.


Por enseñanzas cristianas encargan la misa para el difunto, encienden velas a las imágenes veneradas en el hogar, rezan el Santo Rosario en el velatorio de las ofrendas, al día siguiente visitan las tumbas donde además de elevar oraciones dejan coronas confeccionadas con flores de papel crepé o plástico, negro y violeta si el finado era adulto, blanco si fue angelito y completan la ornamentación con flores naturales.

El ritual de los muertos se celebra durante tres años consecutivos, pasado ese tiempo el despacho del alma tiene un sello propio, tres días antes comienzan los preparativos, el 31 de octubre se coloca a mesa en honor a los angelitos y al día siguiente para los adultos.

Por otra parte los manteles también cambiarán su color: negro para quien fuera mayor, blanco para los angelitos, un ramo de flores naturales ocupa el centro de la mesa.

Junto al florero se coloca un vaso de agua bendita que tiene un ramillete con que las almas esperadas dejarán su bendición, junto a dos candelabros con velas en ambos lados.

Completan la mesa platos con pan dulce, empanadillas de cayote, pencos, maicenas, capias, merengues, pochoclos entre otras cosas. Por supuesto lo original está en los llamados “turcos”, figuras humanas hechas de pan, pintadas y ornamentadas con tinturas preparadas a base de airampo y masas mezcladas con hollín de las ollas para obtener los adornos negros. También hay formas de escaleras, llamas, víboras, palomas, ángeles y toda figura que la habilidad de la panadera pueda realizar en la masa preparada de pan casero común o dulce. Además la mesa ostenta platos con comidas y frutas que eran gustos del difunto, vasos con chichas de maíz y maní, aloja, vino, cerveza y gaseosa, cada plato lleva el mismo ramillete para que las almas que visiten esa casa puedan servirse.

Fuerte creencia popular

Todas la ofrendas son a base de pan y las masitas son preparadas en abundancia, colmando canastos se guardan debajo de la mesa cubierto por un amplio mantel. Tinajas de boca ancha con flores naturales ornamentan los costados y la parte de adelante dando un aspecto raro al ambiente, que a su vez tiene un aroma particular mezcla de olor a comida, humo de velas y aroma de flores. El 1º de noviembre a las doce está lista la mesa, se encienden velas y la gente queda a la espera del alma que esa noche llegará acompañada de otras familiares, compadres, amigos y otras que no son esperadas en sus respectivas casas. Los vecinos con el transcurrir de la noche entablan “conversaciones” sobre temas relacionados al difunto, prosiguen con cuentos sobre buenos y malos espíritus, la charla se vuelve interminable a fin de todos mantenerse despiertos hasta el amanecer. Mientras tanto circula entre los presentes tazas de café, vino hervido con canela y otras bebidas, también se fuma y coquea en abundancia. Con las primeras horas del día antes de retirarse los familiares sirven una reconfortante “lagua”, sopa hecha a base de harina. Ya el 2 de noviembre después del almuerzo los dolientes concurren al cementerio llevando flores y coronas para el arreglo de las tumbas, después de rezar y elevar pegarías al atardecer retornan a casa donde se lleva a cabo la “repartija” de ofrendas, las comidas y bebidas son enterradas para que el alma lleve como avió, de regreso al cielo.
 Fuente: El Tribuno
Religiosidad y tradición en el Día de los Fieles Difuntos Religiosidad y tradición en el Día de los Fieles Difuntos Reviewed by Cheiru News on jueves, noviembre 01, 2012 Rating: 5

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